tantradelohumanoalosagrado: Vida de Hombres y Mujeres Tantra de lo Humano a lo Sagrado
http://www.youtube.com/user/constanciojose#p/u/9/7BI9xuPpxak
..Mantram y Kundalini Yoga
Pasos básicos y Samyama del Yoghismo
Mantram
El Mantram es el pensamiento del ser liberado y el arte de la unión con lo Sagrado por medio de las vibraciones, del sonido. Un Mantram o Mantras es la potencialidad del verbo que se manifiesta: man significa pensar, tra es liberarse. Contiene Bija o semilla, Shakti o fuerza y Tilaza, columna y es algo especial para momentos especiales, que requiere mucha preparación y equilibrio interno.
La palabra Mantram se utiliza, ante todo, para designar las fórmulas, en verso o en prosa, que se pronuncian durante una práctica especial. Los Mantram pertenecen pues al dominio de lo sagrado, constituyen un lenguaje divino y su eficacia es realmente extraordinaria, siempre y cuando sean pronunciados correctamente, lo cual supone, una vez más, un aprendizaje real y además avalado por un Gurú.
En el Mantram anida la posibilidad de llevar vibraciones sutiles del Ser Individual del que lo emite a la Mente Transpersonal o Supramental del que lo recibe, a través de la palabra. Y aquí es pertinente un breve comentario sobre el Mantram Yoga, que aplica también en relación a la comunicación y entendimiento entre las personas; es recomendable estudiar el manejo del sonido, la fuerza de la palabra y de los silencios, así se resolverían fácilmente muchos problemas.
Una palabra suave, amorosa, erótica pronunciada al oído de una dama que quiere escucharla, obra magia en una relación, y he visto que las damas (y también algunos hombres) olvidan una relación física, sexual de las buenas y de las malas, pero, nunca olvidan la violencia que se descarga a través de palabras amenazantes, agresivas. Algo muy sutil sucede y podemos lastimar y lastimarnos profundamente de esa manera, además se acumula en la “sombra” como basura por años, hasta que un día explota y contamina.
Por eso escribir algo sobre el Tantra, sin hablar de los Mantram o del manejo conciente del sonido, sería dejar de lado la posibilidad de una fuerza adicional que puede llevarnos a mayor “profundidad” y altura en una experiencia tántrica. El Mantram es uno de los elementos más importantes en un ritual, pues concentra la energía en lo relacionado con el sentido esencial de la palabra emitida. El problema, o la parte más difícil, es llegar al nivel de preparación para emitir un Mantram, más aún en pareja.
El encantamiento entre los seres tiene una estrecha relación con la música y con la voz. El acto del encantamiento se relaciona con la energía, la luz, particularmente con la vibración de la energía solar que se traduce en luz. El cuerpo humano gana su forma a través de una compactación y organización inteligente de energía, átomos, células y órganos. La música y la voz con una vibración e intención especial al sintonizar el cuerpo, crean un ambiente sacro y una dirección clara con una potencia de acuerdo a la intensidad de la vibración.
En todo ritual tántrico se necesita primero una preparación, que comienza por darle importancia, salirse de la esfera de lo común. Crear un ambiente sagrado representa cambiar y cortar con la rutina habitual de todos los días, es la ruptura concreta del tiempo lineal y del tiempo circular. A veces, algo simple como ir a comer afuera hace importante y agradable esa comida, pero no por el restaurante, pues en general le va a faltar un contenido de cariño, si no por la preparación diferente que se le da a esa cena o almuerzo, donde nos sirven a gusto y con atenciones. Al romper con lo rutinario en un ritual íntimo, que es mucho más importante, se abre la puerta a lo Sagrado, al tiempo de lo significativo, y simplemente se vuelve un momento especial.
Diversas culturas han “descubierto” y utilizado la fuerza de la voz. Hoy los medios de comunicación te convencen de cualquier cosa, a veces, esto se utiliza demasiado para el dominio del otro; pero, en realidad debe ser utilizado para la trascendencia. Los Mantram son formas de encantamiento oral y si queremos ser constructivos deben ser de magia neutra.
Hay muchos Mantram utilizados en el Tantra de acuerdo a cada escuela, pero, varias líneas afirman que: “Los textos del tantrismo enseñan que las consonantes del alfabeto sánscrito son femeninas y las vocales masculinas. De tal forma una sílaba sólo existe gracias a la fecundación del yoni (vulva) consonántico por parte del bija (semen) vocálico. Con esto se expresa al mismo tiempo una verdad experimental, y se insinúa una teoría metafísica del lenguaje. En efecto, una consonante sólo puede pronunciarse cuando va acompañada de una vocal, así sea esta última una e aparentemente «muda». Ver una unión sexual en la combinación de los dos tipos de fonemas es, evidentemente, afirmar que cada sílaba constituye un microcosmos: tanto en sí mismo como en cualquiera de sus partes. El Universo existe por obra de los amores de Shiva y Shakti o Parvati (o bien, de Heruka y la Varahi). Pero también, al manifestarse la energía cósmica bajo formas diversas, el alfabeto, deberá contener muchas vocales en lugar de una sola; así, muchos diptongos se hacen posibles, de modo análogo a las conjunciones de Shaktis”.
Hay algunos Mantram recomendables que podrían serles útil a cualquiera sin entrenamiento, pero en realidad la tradición tántrica y de cualquier línea auténtica del Yoga recomienda e insiste en el hecho de que el Mantram debe ser viviente, es decir, trasmitido de Maestro a Discípulo de boca en boca, pues su pronunciación debe ser rigurosamente correcta, además un Gurú se da cuenta de lo que necesita ese discípulo o la pareja, porque de lo contrario no sólo puede no servirle para nada, sino que incluso puede ser peligroso o negativo.
De todos modos, y muchos coinciden en esto, hay dos mantras simples y muy buenos para cuando se hace el amor. Ambos están sustentados en el ritmo de la respiración que se va llevando, de acuerdo y conforme el proceso de hacer el amor avanza:
El primero de ellos es decir el nombre de tu amada o de tu amado, expresando a través del mismo, el sentimiento y la experiencia que te genera el contacto sexual; especialmente al ritmo y en el momento en que se va alcanzando tanto el orgasmo como la eyaculación (si la misma se desea).
El segundo es utilizar la palabra AMOR o TE AMO, a través de la cuál, también compartimos de manera auditiva la experiencia del encuentro o del puente entre los dos seres que se aman en ese momento, con todos los sentidos y con la intención en el propio gozo y en el gozo de la pareja.
Veamos a través de esta breve leyenda cómo la palabra incide en los demás y en nosotros mismos:
“En una ocasión un sabio maestro se dirigía a su auditorio dando lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y la influencia que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.
—"Lo que usted dice no tiene ningún valor"—gritó un señor que estaba en el auditorio.
El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó con fuerza: "Cállate y siéntate, idiota".
Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varios insultos y cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo: "Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo".
El señor se calmó y le dijo al maestro: "Le entiendo, también pido disculpas y acepto que las diferencias de opiniones no deben servir para pelear, sino para mirar otras opciones".
El maestro le sonrió y dijo: "Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos, del modo más claro, el gran poder de las palabras: Con unas pocas palabras lo exalté, y con otras pocas lo calmé".
A las palabras no siempre se las lleva el viento, aunque no tengan algo que salga del Ser, o sea Bija –semilla-, fuerza o algo que la sustente. Además, sí pueden llevar semilla, fuerza y sostén, pero negativo, así se mueve el universo, de dos maneras complementarias y casi siempre dejan huella. Un ejemplo de ello se observa en los comentarios o chismes de otras personas, algo feo, sexual o nocivo para alguien, que es repetido como si fuera una verdad comprobada, aun por los amigos de esa persona sin reparar lo que provoca todo eso. Es cierto, todo se acomoda luego, pues cada uno tiene lo que se merece tarde o temprano, sin embargo hay que cuidar estos detalles, recordando el servicio a la vida, el Darma.
El verbo tiene su poder e influye positiva o negativamente. Es muy cierto también que las palabras curan. Las vibraciones influyen porque todo vibra. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra es divina y los filósofos elogiaban el silencio. Deberíamos cuidar incluso nuestros pensamientos porque ellos pueden convertirse en palabras y las palabras en hechos; en síntesis, debemos cuidar las palabras porque ellas influyen y de alguna manera ayudan o dificultan nuestro karma (acción y reacción).
Ya mencionamos el efecto de las palabras sin contenido, incluso mal intencionadas o que no muestran la verdadera intención y que a veces convencen fácilmente a cualquiera o cuando se vende, como pasa en esta sociedad de consumo, cualquier producto innecesario y casi inservible pero tan bien presentado, o cuando se genera una falsa creencia que la gente termina afirmando como una “verdad científica”; consideremos entonces lo que puede ocurrir con los pensamientos, palabras y hechos con sustento, fuerza y columna que fluyen desde el Ser.
Callar y saber cuando hablar es una de las claves de sabiduría más antiguas y usada por todas las grandes civilizaciones. Un sabio sabe cuándo hablar y cuándo callar. Comparando con mis años de juventud, estoy seguro que callar da más resultado que hablar de más. Debemos cuidarnos muy bien antes de hablar, y sobre todo cuando estamos enojados o resentidos. Deberíamos decir algo sólo cuando estamos centrados, en ese estado resultaría casi siempre constructivo.
La palabra es un don y una fuerza muy poderosa. Con ella podemos alentar a alguien o podemos destruirlo. Ser veraces no es, por lo tanto, solamente decir la verdad, es poner más atención en qué decimos, cómo lo decimos, dónde lo decimos y a quién se lo decimos para no lastimar a nadie y para que este don sirva al bien propio y ajeno. Aprender a usar la palabra es parte del Mantram Yoga, pero sobre todo es parte de las relaciones con los otros, sobre todo si vivimos en un mismo ambiente.
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..Mantram y Kundalini Yoga
Pasos básicos y Samyama del Yoghismo
Mantram
El Mantram es el pensamiento del ser liberado y el arte de la unión con lo Sagrado por medio de las vibraciones, del sonido. Un Mantram o Mantras es la potencialidad del verbo que se manifiesta: man significa pensar, tra es liberarse. Contiene Bija o semilla, Shakti o fuerza y Tilaza, columna y es algo especial para momentos especiales, que requiere mucha preparación y equilibrio interno.
La palabra Mantram se utiliza, ante todo, para designar las fórmulas, en verso o en prosa, que se pronuncian durante una práctica especial. Los Mantram pertenecen pues al dominio de lo sagrado, constituyen un lenguaje divino y su eficacia es realmente extraordinaria, siempre y cuando sean pronunciados correctamente, lo cual supone, una vez más, un aprendizaje real y además avalado por un Gurú.
En el Mantram anida la posibilidad de llevar vibraciones sutiles del Ser Individual del que lo emite a la Mente Transpersonal o Supramental del que lo recibe, a través de la palabra. Y aquí es pertinente un breve comentario sobre el Mantram Yoga, que aplica también en relación a la comunicación y entendimiento entre las personas; es recomendable estudiar el manejo del sonido, la fuerza de la palabra y de los silencios, así se resolverían fácilmente muchos problemas.
Una palabra suave, amorosa, erótica pronunciada al oído de una dama que quiere escucharla, obra magia en una relación, y he visto que las damas (y también algunos hombres) olvidan una relación física, sexual de las buenas y de las malas, pero, nunca olvidan la violencia que se descarga a través de palabras amenazantes, agresivas. Algo muy sutil sucede y podemos lastimar y lastimarnos profundamente de esa manera, además se acumula en la “sombra” como basura por años, hasta que un día explota y contamina.
Por eso escribir algo sobre el Tantra, sin hablar de los Mantram o del manejo conciente del sonido, sería dejar de lado la posibilidad de una fuerza adicional que puede llevarnos a mayor “profundidad” y altura en una experiencia tántrica. El Mantram es uno de los elementos más importantes en un ritual, pues concentra la energía en lo relacionado con el sentido esencial de la palabra emitida. El problema, o la parte más difícil, es llegar al nivel de preparación para emitir un Mantram, más aún en pareja.
El encantamiento entre los seres tiene una estrecha relación con la música y con la voz. El acto del encantamiento se relaciona con la energía, la luz, particularmente con la vibración de la energía solar que se traduce en luz. El cuerpo humano gana su forma a través de una compactación y organización inteligente de energía, átomos, células y órganos. La música y la voz con una vibración e intención especial al sintonizar el cuerpo, crean un ambiente sacro y una dirección clara con una potencia de acuerdo a la intensidad de la vibración.
En todo ritual tántrico se necesita primero una preparación, que comienza por darle importancia, salirse de la esfera de lo común. Crear un ambiente sagrado representa cambiar y cortar con la rutina habitual de todos los días, es la ruptura concreta del tiempo lineal y del tiempo circular. A veces, algo simple como ir a comer afuera hace importante y agradable esa comida, pero no por el restaurante, pues en general le va a faltar un contenido de cariño, si no por la preparación diferente que se le da a esa cena o almuerzo, donde nos sirven a gusto y con atenciones. Al romper con lo rutinario en un ritual íntimo, que es mucho más importante, se abre la puerta a lo Sagrado, al tiempo de lo significativo, y simplemente se vuelve un momento especial.
Diversas culturas han “descubierto” y utilizado la fuerza de la voz. Hoy los medios de comunicación te convencen de cualquier cosa, a veces, esto se utiliza demasiado para el dominio del otro; pero, en realidad debe ser utilizado para la trascendencia. Los Mantram son formas de encantamiento oral y si queremos ser constructivos deben ser de magia neutra.
Hay muchos Mantram utilizados en el Tantra de acuerdo a cada escuela, pero, varias líneas afirman que: “Los textos del tantrismo enseñan que las consonantes del alfabeto sánscrito son femeninas y las vocales masculinas. De tal forma una sílaba sólo existe gracias a la fecundación del yoni (vulva) consonántico por parte del bija (semen) vocálico. Con esto se expresa al mismo tiempo una verdad experimental, y se insinúa una teoría metafísica del lenguaje. En efecto, una consonante sólo puede pronunciarse cuando va acompañada de una vocal, así sea esta última una e aparentemente «muda». Ver una unión sexual en la combinación de los dos tipos de fonemas es, evidentemente, afirmar que cada sílaba constituye un microcosmos: tanto en sí mismo como en cualquiera de sus partes. El Universo existe por obra de los amores de Shiva y Shakti o Parvati (o bien, de Heruka y la Varahi). Pero también, al manifestarse la energía cósmica bajo formas diversas, el alfabeto, deberá contener muchas vocales en lugar de una sola; así, muchos diptongos se hacen posibles, de modo análogo a las conjunciones de Shaktis”.
Hay algunos Mantram recomendables que podrían serles útil a cualquiera sin entrenamiento, pero en realidad la tradición tántrica y de cualquier línea auténtica del Yoga recomienda e insiste en el hecho de que el Mantram debe ser viviente, es decir, trasmitido de Maestro a Discípulo de boca en boca, pues su pronunciación debe ser rigurosamente correcta, además un Gurú se da cuenta de lo que necesita ese discípulo o la pareja, porque de lo contrario no sólo puede no servirle para nada, sino que incluso puede ser peligroso o negativo.
De todos modos, y muchos coinciden en esto, hay dos mantras simples y muy buenos para cuando se hace el amor. Ambos están sustentados en el ritmo de la respiración que se va llevando, de acuerdo y conforme el proceso de hacer el amor avanza:
El primero de ellos es decir el nombre de tu amada o de tu amado, expresando a través del mismo, el sentimiento y la experiencia que te genera el contacto sexual; especialmente al ritmo y en el momento en que se va alcanzando tanto el orgasmo como la eyaculación (si la misma se desea).
El segundo es utilizar la palabra AMOR o TE AMO, a través de la cuál, también compartimos de manera auditiva la experiencia del encuentro o del puente entre los dos seres que se aman en ese momento, con todos los sentidos y con la intención en el propio gozo y en el gozo de la pareja.
Veamos a través de esta breve leyenda cómo la palabra incide en los demás y en nosotros mismos:
“En una ocasión un sabio maestro se dirigía a su auditorio dando lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y la influencia que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.
—"Lo que usted dice no tiene ningún valor"—gritó un señor que estaba en el auditorio.
El maestro le escuchó con mucha atención y tan pronto terminó la frase, le gritó con fuerza: "Cállate y siéntate, idiota".
Ante el asombro de la gente, el aludido se llenó de furia, soltó varios insultos y cuando estaba fuera de sí, el maestro alzó la voz y le dijo: "Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo".
El señor se calmó y le dijo al maestro: "Le entiendo, también pido disculpas y acepto que las diferencias de opiniones no deben servir para pelear, sino para mirar otras opciones".
El maestro le sonrió y dijo: "Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos, del modo más claro, el gran poder de las palabras: Con unas pocas palabras lo exalté, y con otras pocas lo calmé".
A las palabras no siempre se las lleva el viento, aunque no tengan algo que salga del Ser, o sea Bija –semilla-, fuerza o algo que la sustente. Además, sí pueden llevar semilla, fuerza y sostén, pero negativo, así se mueve el universo, de dos maneras complementarias y casi siempre dejan huella. Un ejemplo de ello se observa en los comentarios o chismes de otras personas, algo feo, sexual o nocivo para alguien, que es repetido como si fuera una verdad comprobada, aun por los amigos de esa persona sin reparar lo que provoca todo eso. Es cierto, todo se acomoda luego, pues cada uno tiene lo que se merece tarde o temprano, sin embargo hay que cuidar estos detalles, recordando el servicio a la vida, el Darma.
El verbo tiene su poder e influye positiva o negativamente. Es muy cierto también que las palabras curan. Las vibraciones influyen porque todo vibra. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra es divina y los filósofos elogiaban el silencio. Deberíamos cuidar incluso nuestros pensamientos porque ellos pueden convertirse en palabras y las palabras en hechos; en síntesis, debemos cuidar las palabras porque ellas influyen y de alguna manera ayudan o dificultan nuestro karma (acción y reacción).
Ya mencionamos el efecto de las palabras sin contenido, incluso mal intencionadas o que no muestran la verdadera intención y que a veces convencen fácilmente a cualquiera o cuando se vende, como pasa en esta sociedad de consumo, cualquier producto innecesario y casi inservible pero tan bien presentado, o cuando se genera una falsa creencia que la gente termina afirmando como una “verdad científica”; consideremos entonces lo que puede ocurrir con los pensamientos, palabras y hechos con sustento, fuerza y columna que fluyen desde el Ser.
Callar y saber cuando hablar es una de las claves de sabiduría más antiguas y usada por todas las grandes civilizaciones. Un sabio sabe cuándo hablar y cuándo callar. Comparando con mis años de juventud, estoy seguro que callar da más resultado que hablar de más. Debemos cuidarnos muy bien antes de hablar, y sobre todo cuando estamos enojados o resentidos. Deberíamos decir algo sólo cuando estamos centrados, en ese estado resultaría casi siempre constructivo.
La palabra es un don y una fuerza muy poderosa. Con ella podemos alentar a alguien o podemos destruirlo. Ser veraces no es, por lo tanto, solamente decir la verdad, es poner más atención en qué decimos, cómo lo decimos, dónde lo decimos y a quién se lo decimos para no lastimar a nadie y para que este don sirva al bien propio y ajeno. Aprender a usar la palabra es parte del Mantram Yoga, pero sobre todo es parte de las relaciones con los otros, sobre todo si vivimos en un mismo ambiente.
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