Antes de que alma pueda ver, debe lograrse la armonía interna, y lo ojos de la carne deben estar ciegos a toda ilusión.
Antes que el alma pueda oír, la imagen (el hombre) debe estar sorda a los rugidos y a los murmullos, a los bramidos de los elefantes y a los argentinos zumbidos de la dorada luciérnaga.
Antes que el alma pueda comprender y recordar, debe unirse a aquel que habla en silencio, así como la mente del alfarero se une primero a la forma que le dará a la arcilla.
Entonces el alma oirá y recordara.
Y entonces hablara la Voz del silencio al oído interno.
La Luz del alma de A. A. Baile
Antes que el alma pueda oír, la imagen (el hombre) debe estar sorda a los rugidos y a los murmullos, a los bramidos de los elefantes y a los argentinos zumbidos de la dorada luciérnaga.
Antes que el alma pueda comprender y recordar, debe unirse a aquel que habla en silencio, así como la mente del alfarero se une primero a la forma que le dará a la arcilla.
Entonces el alma oirá y recordara.
Y entonces hablara la Voz del silencio al oído interno.
La Luz del alma de A. A. Baile
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